sábado, 29 de junio de 2013

Yo en mi próxima vida quiero reencarnarne en un gato

Sí, lo he estado dando vueltas, y creo que el mejor animal para reencarnarse en  otra posible y nueva vida sería el de este curioso felino.Se podría decir que parte de culpa lo tiene ese viejo refrán de ''Siete vidas tiene un gato''La verdad me puse a investigar ,¿y sabeis de dónde procede? Ni más ni menos que del Antiguo Egipto.Los egipcios tenían la plena convicción de que los gatos también se reencarnaban y que, tras un número de siete reencarnaciones, tomaban carne mortal… pero no de gato…Tras siete reencarnaciones, un gato se convertía en ¡un ser humano!.
Increíble ¿no?...
7 vidas sinónimo de 7 oportunidades ,cada una con el aprendizaje de millones de experiencias.


Muchas veces necesitaríamos contar con varias vidas,para poder como ''dar marcha atrás'' y no volver a cometer esos errores de los que nos arrepentimos siempre. 

Pero..., yo creo que es mejor saber que solo tienes una única vida para que sepas vivirla y disfrutarla como si fuera tu último día.Que no la infravaloremos y sepamos adecuarnos a ella y esta a nosotros.

Nunca es tarde para empezar, como bien decía Antonio Flores :''Que siete vidas tiene un gato, seis vidas ya he quemado; y esta última la quiero vivir a tu lado'' 



Por eso, y más en mi próxima vida; mi reencarnación ,un gato. Para cuidar cada una de mis siete vidas como si no me quedara ya ninguna restante más a la que atenerme(...)
Aunque la idea de la leyenda de luego volverme a convertir en humano ...No me hace mucha gracia que digamos...jajaja pero siempre hay que correr riesgos ;)


7 vidas tiene un gato:

Un gato muy esbelto paseando por la calle causó desperfectos.

Siete vidas tenía y le llamaban Tobías.
Un gato negro que siempre se caía.
Seis vidas ya tenía, el pobre Tobías no resistía.
Siguió paseando con el orgullo  muy alto, cuando jugando por la noche perdió los bigotes.
Jugando por el día perdió la alegría.
Pobre gato decían.Ya solo 9 vidas tenía ,
y todo el mundo se decía''¿Cuándo perdería la siguiente vida?''
Ya solo le quedaban horas de vida.
Pobre gato repetían ¿Se habría caído de una estantería o se hubiera roto las patitas?
Pobre gato decían, pobre gato repetían.
No pudo ir al entierro de las sardinas ni dar un poco de alegría y esperanza a su vida.


Poesía de Diego Martín , 11 años

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