domingo, 21 de septiembre de 2014

De soñar a vivir, de vivir a soñar...

Día a día, tarde a tarde,noche a noche...

De lunes a viernes, de viernes a sábado y de sábado a domingo...

De reír a llorar, de llorar a reír...




De sonrisa a lágrima, de lágrima a sonrisa...

De besos a abrazos , de abrazos a besos...

Del suelo al cielo, del cielo al suelo...



De diestro a siniestro, de siniestro a diestro...

De día a noche. de noche a día...

De estrellas a fugaces, de fugaces a estrellas...

De niño a adulto,de adulto a niño...



De gracias a perdones,de perdones a gracias...

De amigos a novios,de novios a amigos...

De cantar a bailar,de bailar a cantar...

De dormir a estudiar, de estudiar a dormir...

De soñar a despertar, de despertar a soñar...


De vivir a morir, de morir a vivir...


Sacudiendo el cajón de los recuerdos

"Cartas en el cajón y ninguna es de amor...
Todavía quedan manchas de café sobre mantel, restos de pinta labios en cartas perfumadas, pétalos de rosas sobre las mesas del jardín. recuerdos en los columpios  bajo la casa del árbol, bicicletas  que siempre fueron nuestros cohetes y coches de carreras; pulseras que una vez forjaron viejas amistades de un verano de nuestra infancia..."

Ahora tu te has ido, pero yo todavía  sigo aquí, y tus recuerdos prevalecen, Me acompañan y sonríen, mecen mis orejas susurrándome ñoñerías cosquilleándome y recorriendo todo mi cuerpo.

Pero, al acabar el verano también desaparecen. Como tú. Desaparecen por arte de magia. Las mariposas dejaron de volar y decidieron posarse en mi estómago. Cayeron al igual que las hojas de los árboles en Otoño. Ahora todo lo que me queda son el olor de los libros... El olor de los libros y tu ausencia. 

El frío se cierne sobre mis hombros. Te has ido. Ya es Invierno. Me doy cuenta de que te marchaste para no volver nunca jamás...



Por fin llega la Primavera y las flores de mi jardín renacen , al igual que yo. Brillo más que la luz del día. El Sol ya no me deslumbra, ni a mí ni a mi vida.

Y el primer chapuzón del verano me hace darme cuenta de que en realidad nunca te llevaste nada de mí, todo seguía en su sitio, solo que se había enfriado porque me acostumbré a que tú lo avivaras cada día.



Ahora soy feliz. Y tu sonrisa se pierde en la penumbra ,sin importarme lo más mínimo que ya no reluzca.