jueves, 25 de junio de 2015

Cenizas de San Juan


Ven, encendamos una hoguera con nuestros males para deshacernos de lo que duele. Tiremos nuestras flores marchitas de primavera que un día llegaron a florecer. Tiremos también los papeles que definen nuestro destino escrito. Juguémonos la vida a un papel con tinta.

Quememos nuestros males, nuestras penas en esta noche de San Juan.

Quememos las injusticias y las justicias que hicieron que algunos no siguieran en esta vida. Destrocemos todo lo que nos enrabieta. Alimentemos la hoguera de todas las iras que quedan en nuestros cuerpos. Despojémonos de nuestras decepciones y de las de los demás, de nuestros silenciosos llantos, de quién una vez nos quiso, de quién ahora trata de hacerlo cuando es más tarde que nunca..

La hoguera, ahora alimentada, avivada ante nuestros ojos asciende hasta el cielo tendiéndole una suave llamarada de reflexiones quemadas.






Quememos ahora recuerdos, mientras se consumen los papeles alrededor la leña. Un papel sale volando tratando de escapar a la tormenta, pero es demasiado para huir papel...Los dados ya están lanzados y las cartas dispuestas sobre la mesa. Liberemos momentos mágicos en esta noche cargados de luceros estridentes en el cielo. Liberemos suspiros al aire en busca del propio aire que nos sobre y falta por cada momento desperdiciado en nuestra mente.



Aunemos ahora nuestras almas mientras nuestros corazones se tocan y elevemos al cielo nuestras miradas cargadas de todo. Pensemos en quién ahora piensa en nosotros mientras quema tus recuerdos con ellos en la hoguera; y olvidémonos de ellos. Los recuerdos quemados del pasado solo quedan en cenizas que se lleva el viento...



Y como nosotros, polvo, y en polvo nos convertiremos, dejemos que esta noche de San Juan guíe nuestro paso futuro hasta el próximo fogón y quema de recuerdos en ceniza. 

Hagamos una hoguera de nosotros...



A tres capas de tu interior


"Las personas- como dice Verónica Roth en Divergente- son capas y capas de secretos. Crees que las conoces, que las entiendes, pero sus motivos están siempre ocultos, enterrados en sus corazones. Nunca las conocerás, pero a veces decides confiar en ellos" 
Y eso me hallo haciendo ahora. Tratando de pelar a la gente que conozco y, sobre todo, a la que entra nueva en mi vida. Es cierto que las personas somos pequeñas cebollas encapadas para afrontar la realidad, la cruda verdad. Es por eso el miedo de entregarnos a los demás, a dejar que nos descapeen, nos destapen y vean como somos en realidad. 



Como refleja V.Roth, yo creo que a pesar de los años nunca terminarás de encuadrar de alguien...No conocerás a alguien verdaderamente hasta que hayas llegado al interior de esa "cebollita" a capas. Cuando aprecies sus dones y defectos, y sepas que ella también sabe de los suyos.
Aun así, las personas destapadas y desnudas ante los ojos amigos se hacen enemigos, se alejan, o simplemente vuelve a cubrirse de sus capitas despojadas ante nuestra vista...






Somos cebollas tratando de ser capaces de encontrar a las personas indicadas para que sean capaces de "pelarnos" poco a poco, sin dolor, sin sufrir...el príncipe azul como lo llaman las princesitas, el rey de  las reinas, el vagabundo de la dama... 
Tan solo un minuto basta para arrancar la capita de la persona, los prejuicios. Malvados prejuicios que nos privan de conocer personas fantásticas...



Sin embargo, hay veces que las cebollitas también lloran por dolor; lloramos en verdad por habernos despojado de una capa de más ante alguien que no lo merecía y ha hecho daño en nuestra cubierta. 
Pero ¿qué pasa con las capitas que nos quitamos? Se las damos a las otras cebollitas para que creen un puente que nos aproxime a su interior, que nos interconecte de algún modo.







Y digo reflexionando, ya a modo de conclusión, si las personas somos capas y capas de secretos propios y de los demás...

 

 

 

 

 

 

¿No somos un poco todos el otro que nos mira con la mirada desnuda a nuestro interior?